Cristina Kirchner comenzó su jornada del jueves convertida en el centro de atención de los líderes políticos y empresarios que asisten a la cumbre del G-20 y sus laterales. Fue ovacionada al finalizar su intervención en el panel de seguridad alimentaria del foro de los empresarios (B-20), en el que se atrevió a contradecir la propuesta de regular el mercado agrícola. Posteriormente, ya sobre el mediodía, llegó al Centro de Convenciones donde fue recibida junto al resto de los mandatarios por el presidente galo Nicolas Sarkozy. Si bien toda la atención estuvo puesta en la crisis de Grecia, y en ver cómo se resuelve la situación del mercado en la Eurozona, la presidenta de la Nación fue protagonista en ambas reuniones.
El de ayer fue un día típico del otoño francés: lluvioso y fresco. Por la mañana la presidenta se trasladó hasta el Hotel Martínez de esta ciudad, donde se realizó el foro empresario. La presidenta inició su participación con una ironía hacia el CEO internacional de Unilever, Paul Polman, quien viene sosteniendo que la participación de las mujeres en el campo multiplicará la producción de alimentos. “No puedo no reivindicar un poquito el género –comenzó Cristina– frente a la expresión del señor Polman que nos quiere llevar a trabajar al campo. Estamos dispuestas las mujeres a colaborar con el trabajo en el campo, pero me hace acordar un poco cuando querían llevarnos únicamente a la cocina, o de la cocina al campo”, comentó.
Cerca del mediodía, la presidenta llegó escoltada por una guardia militar al Centro de Convenciones, para participar de la primera actividad formal del encuentro, que tuvo carácter reservado.
Según relataron más tarde el canciller Héctor Timerman, el secretario de finanzas Hernán Lorenzino y el vocero presidencial Alfredo Scocimarro, Cristina se sentó al lado del anfitrión Nicolas Sarkozy durante el almuerzo ofrecido a los mandatarios. Fue allí cuando se les acercó Barack Obama para felicitarla y pronunciar la frase que hizo las delicias de la comitiva argentina: “Nicolas, debemos aprender del triunfo electoral que ha tenido Cristina.”
El debate del almuerzo giró sobre la crisis financiera y la situación griega. La mandataria argentina reiteró su postura de “no ajuste” y varios países, entre ellos México y Turquía, apoyaron la salida propuesta en base al modelo kirchnerista. El presidente mexicano Felipe Calderón recordó que la Argentina había recibido un exceso de créditos durante los ’90 y eso hizo eclosionar su economía, y destacó la apuesta hacia la generación de empleo con inclusión y el consumo interno.
Antes de retirarse al hotel donde se hospeda, Cristina participó de la tradicional foto de familia de la cumbre. Por la noche asistió a la cena oficial donde se trataron temas de “Comerciales. Hoy viernes, ultima jornada de la cumbre, la presidenta participará del panel sobre “Regulación financiera” y “Agricultura, energía y volatilidad de los precios de los commodities”. Entre las 14 y las 15 (10 y 11 de la Argentina) será el encuentro bilateral solicitado por Barack Obama, en el Hotel Carlton. Previo a su regreso a Buenos Aires, estimado para las 20 de Francia, mantendrá la reunión postergada el miércoles con el chileno Juan Somavía, titular de la Organización Internacional del Trabajo.
El de ayer fue un día típico del otoño francés: lluvioso y fresco. Por la mañana la presidenta se trasladó hasta el Hotel Martínez de esta ciudad, donde se realizó el foro empresario. La presidenta inició su participación con una ironía hacia el CEO internacional de Unilever, Paul Polman, quien viene sosteniendo que la participación de las mujeres en el campo multiplicará la producción de alimentos. “No puedo no reivindicar un poquito el género –comenzó Cristina– frente a la expresión del señor Polman que nos quiere llevar a trabajar al campo. Estamos dispuestas las mujeres a colaborar con el trabajo en el campo, pero me hace acordar un poco cuando querían llevarnos únicamente a la cocina, o de la cocina al campo”, comentó.
Cerca del mediodía, la presidenta llegó escoltada por una guardia militar al Centro de Convenciones, para participar de la primera actividad formal del encuentro, que tuvo carácter reservado.
Según relataron más tarde el canciller Héctor Timerman, el secretario de finanzas Hernán Lorenzino y el vocero presidencial Alfredo Scocimarro, Cristina se sentó al lado del anfitrión Nicolas Sarkozy durante el almuerzo ofrecido a los mandatarios. Fue allí cuando se les acercó Barack Obama para felicitarla y pronunciar la frase que hizo las delicias de la comitiva argentina: “Nicolas, debemos aprender del triunfo electoral que ha tenido Cristina.”
El debate del almuerzo giró sobre la crisis financiera y la situación griega. La mandataria argentina reiteró su postura de “no ajuste” y varios países, entre ellos México y Turquía, apoyaron la salida propuesta en base al modelo kirchnerista. El presidente mexicano Felipe Calderón recordó que la Argentina había recibido un exceso de créditos durante los ’90 y eso hizo eclosionar su economía, y destacó la apuesta hacia la generación de empleo con inclusión y el consumo interno.
Antes de retirarse al hotel donde se hospeda, Cristina participó de la tradicional foto de familia de la cumbre. Por la noche asistió a la cena oficial donde se trataron temas de “Comerciales. Hoy viernes, ultima jornada de la cumbre, la presidenta participará del panel sobre “Regulación financiera” y “Agricultura, energía y volatilidad de los precios de los commodities”. Entre las 14 y las 15 (10 y 11 de la Argentina) será el encuentro bilateral solicitado por Barack Obama, en el Hotel Carlton. Previo a su regreso a Buenos Aires, estimado para las 20 de Francia, mantendrá la reunión postergada el miércoles con el chileno Juan Somavía, titular de la Organización Internacional del Trabajo.
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